… No son lo que yo esperaba, no son lo que imaginaba, no son lo que yo creía… *se hace una cola de caballo como Lupe Esparza* Bueno, en realidad no tengo ni puta idea si Bronco cantaba esa canción o no. Deben de saber que de banda y música mexicana en general, sólo me sé la letra de El Sonidito (porque qué tan difícil puede ser aprenderse el “pipipi piripipipipi piripi pipipipipipipi”?) y la de 17 Años porque me la cantan cada cumpleaños. Ay, papá! El punto es que esa canción resuena en mi alma porque soy una sirvienta llevo todo el 2014 sufriendo con el cierre del proceso para el MBA. Oh, sí, es uno de esos posts llenos de angustia. Brace yourselves!
Cuando inicié el proceso decidí darle a todo porque así soy en mi vida sexual diaria. Tengo la pinche manía de aplicar a todo y después decidir sobre la marcha. Puta madre, pero es que nomás no aprendo! La verdad creía que me iban a permabannear el orto en todas las escuelas por pendejo y, como tengo el ego más grande que el pito (and that’s something), claramente no podría aceptar jamás el rechazo a pleno. Ya mucho tengo cuando mi familia, novio y amigos me rechazan en público. A veces les juro que si fuera gordo, negro, feo y encima vieja, bien podría haber hecho yo el papel de Precious.
Total que apliqué a escuelas chingonas pero con requerimientos muy específicos, además de los otros 90 que piden todas las escuelas de cajón. Dejaré eso a un lado porque ya hice anteriormente toda una entrada de ese sufrimiento y no me siento pedo emocionalmente fuerte para recordarlo. Pues en enero me aceptaron en Canadá y a los días de eso me invitaron a la entrevista para la escuela de Francia.
Madre mía, qué estaba ocurriendo?! Yo me veía aplicando al CCH de jodido (porque al reputísimo gaTec no regreso ni drogado). Seguro debía de haber un error! Pero después de leer la pinche carta 10 veces, me di cuenta que no había error y además debía comprar mi vuelo a New York porque ahí me entrevistaría el panel de jueces. La palabra clave aquí es: Jueces. A la bernie!
Pues mi novio decidió acompañarme porque el recabrón olvidó nuestro noveno aniversario según él era una oportunidad súper romántica para estar juntos y la chingada. Ay ajá. Veía mi furia a leguas, casi como el chi de Goku en nivel Super Saiyan 93, por eso fue, no por otra cosa. Es que yo sé que a través de estos 10 años de documentar mis anécdotas, ustedes pueden creer que soy la reencarnación de Blanca Nieves, pero la verdad sí soy un poquito cabrón. Nomás tantito.
Pues ahí voy por segunda vez a New York, dispuesto a olvidar la experiencia de hace cuatro años. Esas vacaciones fueron tan de terror que a cada rato volteaba a mi lado a ver si Pedrito Fernández andaba cerca. Situación culera nivel: La cara de Lyn May. Así se las pongo. Pero obvio, como con todo lo demás en mi vida, las cosas no serían sencillas.
De que un día antes de treparme al puto vuelo: Tormenta apocalíptica de nieve azota Estados Unidos. Excuse me? Ya me veía reviviendo mi viaje en el 2010 cuando me quedé sin maleta 5 de los 6 días que estuve allá porque Aeroméxico es una reverenda mamada. Ay, Rodrigo! Afortunadamente esta vez partía en Interjet, pero eso no quita el puto hecho de que otra vez me fuera a congelar las bolas cuando yo lo único que pensaba llevar en la maleta eran tacones y minifaldas. Pues qué? Tengo muy bonitas piernas, jódanse.
Pues ahí vamos camino al hotel y viendo en todos lados que el día siguiente sería la versión 2014 del film The Day After Tomorrow. Me cagaba. Por supuesto que amanecimos y la ciudad estaba más frígida que Kristen Stewart. Terrorífico. Pinche Nueva York, en verdad cómo me cagas la madre. Te odio.
Ni hablar, al día siguiente tenía la entrevista con los de Francia y ahí voy encomendándome a la Virgen de Guadalupe, a Juan Diego, a Espinoza Paz, a los asistentes del Vive Latino y a todos los demás indios. Jesucristo Redentor. De que entro y un nigga y 28 personas más me saludan y yo cagado por dos cosas:
1. El jurado estaba conformado de directores de RH, Marketing y demás de Tiffany, LVMH, Richemont Mont Blanc, Kering y de otros conglomerados de marcas que claramente ustedes no compran.
2. El director del programa era un negro tremendo y mi inglés es nativo de Harlem. Ya lo veía sacándome la navaja al primer “mah nigga” que se me saliera.
Total que me hicieron mierda en esa entrevista pero mal plan. Después de las 23 horas que estuve en la Habitación del Pánico el salón de juntas, me empieza a decir el nigga que estoy súper joven y que mejor me esperara un rato antes de hacer la maestría y que mejor entrara a una tienda a ver cómo era la vida en retail. Y me cagué. Muchos sellos en mi pasaporte tengo para ponerme a regalar testers en el Palacio de Hierro. FFFUUUUU- Güey, o sea no.
Mau: En verdad aprecio mucho su consejo pero no pienso cambiar mis planes a estas alturas. Es el momento indicado para hacer esto y si ustedes no me aceptan, pues no importa, alguna otra escuela lo hará y de cualquier manera trabajaré en alguno de sus corporativos, con su apoyo o sin él.
Obviamente eso lo dije en inglés, pero con un acento padrísimo llamado: HUEVOS.
De inmediato me dijeron que no me lo tomase a mal y la chingada y ya me despidieron. Por supuesto que salí a ver a mi novio y le dije que me había ido de la verga y que necesitaba llegar al hotel de inmediato. Gracias a Dios estaba cerca porque estaba que me moría por dentro y me rehusaba a llorar por toda la 5th Avenue. Eso podía esperar hasta que llegase al cuarto.
Ya después de llorar más que Victoria Ruffo, por fin me decidí a salir un rato para despejarme. Error. Tipo de que la gente cree que las nevadas son súper románticas y la mamada, pero es porque claramente la única nieve que conocen es la del Ajusco. Cero cool. Además a mi novio se le ocurrió treparme a la cima del Empire State con ese clima y… bueno, por eso no me voy a casar con él. Básicamente.
Total que regresé a México y vi con mil sorpresa que había sido aceptado a la escuela de Francia. Qué?
Pues obviamente todos los que sabían cómo me había ido se quedaron igual que yo. O sea cómo les explico que eso que les dije al final fue lo que aseguró mi lugar en ese MBA? Al parecer ser un cabrón sí sirve de algo.
Encima de todo me terminaron invitando a la entrevista para la escuela en Atlanta. Ay, Dios mío. El haber llevado a cabo estos tres procesos y quedar aceptado en todos ellos sólo demuestra que soy un pinche chingón pero lo que me sobra de egócentrismo me hace falta en confianza. Carajo. Pues bueno, no podía ser perfecto.
Abrí una galleta de la fortuna el día de mi cumpleaños, decía: No te alejes del camino que el destino te ha asignado. Claro, muchas gracias pinche galleta manufacturada por niños ecuatorianos. Muy pinche sabia me saliste, pero a ver, dime, cuál es mi chingado camino?
Al final tuve que empezar a descartar opciones y la primera en irse fue la de París. Justo lo hice ayer y con gran pesar pero convencido, sort of.
Hace años me prometí que regresaría a París y… pues ésta era una gran oportunidad para hacerlo, pero definitivamente no será la última. Mientras me quede vida, buscaré siempre cumplir esa promesa.
Je reviendrai vers toi, mi amada París!