Para ésta nos tocó prepararnos no sólo física y psicológicamente, sino que también tuvimos un riguroso entrenamiento al estilo Bailando por un Sueño. Olivier y yo nos metimos a clases de salsa un año antes porque tuve la brillante idea de que teníamos que aprender a bailar para pasarla bien en una boda mexicana. O sea, no me equivoqué, excepto que nadie baila salsa en México, pero no me enteré hasta después.
Onda de que obligué convencí a Olivier de ir a clases conmigo y naturalmente no lo hizo nada bien. De que fue el primer alumno en la escuela de danza que literal reprobó la clase de introducción y ésa ni siquiera era calificada. Así de mal la cosa. Pero obvio yo being amazing le dije que lo había hecho increíble para ser la primera vez. O sea, lo gaslighteé, pero todo con tal de que no se diera por vencido tan pronto. Y saben qué me dijo el muy cabrón? “Oye, Mau, la verdad yo también me sorprendí de lo bien que lo hice. Pero me sorprendió más que tú seas tan malo.” La audacia de este vato, juro que casi lo mato.
Pero ni necesidad de mancharme las manos de sangre pelearme porque el tiempo siempre, siempre, siempre me da la razón, y sabía que el día de la boda yo iba a brillar más que el cutis de un adolescente que no cree en limpiezas faciales. By the way, era la boda de mi hermana y, después de muchos pensamientos encontrados, decidí aceptar la situación y pasármela a todas márgaras.
Invité a Cecy aka Watermelondrea, Karen y Tania, porque son tipo los únicos conocidos que me caen bien quedan en México y así. Mi cuerpo sentía una pedota venir y ya tiene rato que no soy el guerrero más fuerte de Cristo como para aguantarla. La verdad sí tenía miedo. Más miedo me dio cuando, además de todo el alcohol que ya había, me dijeron que había dos patonas de Dobel exclusivamente para mi mesa. Pasé de tener miedo a pánico porque ese tequilita me resbala sabroso. Yo ya andaba tapado y todavía ni terminaba el coctél de bienvenida lololol terriblísima la situación, pero si creen que eso me detuvo a la hora del bailongo, oh boy, do I have news for you.
Las clases de baile valieron la pena 100000%, nadie estaba preparado para verme bailar la Guaracha Sabrosona. Ni yo, la verdad. De que alguien le dijo a mi mami que ellos pensaban que yo era la persona más mamona del mundo hasta ese acontecimiento. O sea, sí soy, pero ahora también puedo vibrar con Los Ángeles Azules. Diversidad, le llaman.
Ya ven cómo siempre se termina bailando en círculos? Pues el círculo en el que estábamos estaba de mega hueva. Entonces escuchamos de repente mucho grito del círculo de las amigas de mi madre y la verdad se la estaban pasando a pleno. Honestly, I stan señoras en sus 60s más borrachas que La Muchachada™. Para unirnos había que perrearle a alguien en el suelo y jalaron a Cecy para que empezara. El cague de risa cuando empezó a twerkearles como la negra que es y todas las señoras con cara de A LA VERGA de aquí somos. Qué desmadre se hizo.
Después le pregunté a mi bestie por qué se había puesto a twerkear y me dice que cuando se pone nerviosa, twerkea. En verdad que la vi en junta de trabajo twerkeando para pasar el rato y realmente la amo.
Mientras yo daba vueltas, Olivier andaba con la amigaza de mi mamá que desde que lo vio decidió no soltarlo. Onda bien cougar, bien cagado y así, hasta que decidió darle piso y bailarle encima. La Chona se quedó pendeja a su lado. Amable agradecimiento al fotógrafo por no poner ese momento en el video de la boda.
Side note: Apenas vimos el video y, o yo estaba realmente muy pedo, o el fotógrafo es excelente, porque el desmadre estuvo rudísimo y en el video parecía la coronación del Cunt King Charles.
En la boda, Alex, el esposo de Cecy, se hizo amigazo de un güey y de su esposa y terminaron chupando con nosotros hasta ahogarse. De que la esposa me decía que le caía poca madre y que qué chido que hubiera asistido y yo así de, “Señora, o sea, a) soy el hermano de la novia y b) quién es usted, again?”
Pues una pedota, mal pedo, pero como yo tomé chingos de agüita, pues sí andaba medio mamado pero al día siguiente amanecí con ganas de más. La leyenda cuenta que Cecy y Alex siguen muertos. De que el pinche vato cuando íbamos de regreso en la carretera, “Mau, puedes manejar mejor y dejar de girar tanto?” O sea, güey, de que si no doy vuelta nos vamos por el acantilado, whatchu talking about? Le tuve que decir a la Watermelondrea que controlara a su viejo que se estaba poniendo impertinente, de plano.
Un día antes de regresar a Montreal nos habló Clothilde diciéndonos que había agua en el baño. Nosotros así de, “Yeah, and there are forks in the kitchen, what’s your point?” Casual la pinche casa se inundó mamón al punto de que tendremos que reconstruirla por completo. Les digo que Dior nada más no escucha mis rezos bien. Yo le dije que tenía unas ganas machín de ahogarme y en vez de mandarme alcohol, me mandó un chubasco. Las ganas de morirme que traigo desde ese día, se los juro.
Pero esa es otra historia, mah niggas.