Mi amiga Leena, la presidenta del one and only Kännisten Clubi, también se casó el año pasado. Low-key comienzo a preguntarme si estoy jugando el juego de la vida en nightmare mode o por qué hasta la messy bitch más caótica se está casando y yo no salgo ni en rifa y con viaje incluido. Me tiene escandalizado, pero no tanto como para no ir a la fiesta, porque sabía que se iba a poner rebuena. La invitación incluía una semana post-boda en una villa frente al Mediterráneo y, pues… my heart said ‘Yes’, my head begged to check my bank account first, and my poor liver sent S.O.S. signals.
La boda fue en Zagreb y sí andaba muy comunista la cosa, pero tipo aesthetics only, no como aquella vida pasada en Cuba cuando una cubana casi me madrea por no querer comprarle leche. La audacia. La ceremonia en general estuvo cool, o al menos eso pareció porque la mitad fue en finlandés y la otra en croata; yo tengo muchos talentos pero este modelito no viene con la opción de subtítulos incluida. Así que todo me lo imaginé.
Side note: Si me pude imaginar una relación completamente distinta a la realidad por años, a huevísimo que puedo imaginarme lo que se dijo en una ceremonia de casamiento. Doña Cositas estaría orgullosa de mí.
Lo más cagado fue la tradición croata de la bandera en donde cada lado, el de la novia y el del novio, tiene una bandera y debe evitar que el otro lado se la robe durante toda la fiesta. El lado de Davor llevó una bandera miniatura y se la dio a un güey gigante, makes a lot of sense, mientras que el de Leena llevó una bandera del tamaño del culo de Kim Kardashian y se la dio a la chava más enana que encontraron, make it make sense. La verdad no sé quién ganó, pero la chava que estuvo cargando la pinche bandera por 12+ horas como pendeja, mientras todos (o al menos yo) empedábamos durísimo, perdió cabrón.
La boda fue una gran reunión de Alcohólicos Anónimos, excepto que ninguno era anónimo y tampoco tenían intención de curarse. Todo esto con interludios musicales por parte de los finlandeses y su amor por el karaoke, speaking of which: en un momento los croatas estaban pisteando, fumando, y gritando/cantando una canción (o imitando los sonidos de un perro atropellado, your choice) cuando dije, ‘ahora entiendo por qué they never win the Eurovision,’ lololol pero también dije ‘Not on my watch!’
Mau, fabuloso: On sulla muodot Venuksen
Hanna: Daa dirlan dirlan daa
Y todos, todos, absolutamente todos los finlandeses de esa fiesta comenzaron a cantar Dirlanda con nosotros de principio a fin. Me sentía en película de Disney. Gran cambio a unas horas previas al evento cuando me sentía en film de Czech Hunter (IYKYK).
Side note: El estrés que me causó ver a tod@s l@s finlandes@s que conocí hace 14 años (como Timo), y con los que me fajé durísimo, incluyendo a Hanna. Pues miren, critíquenme todo lo que quieran, pero cuando hay mucho sol, Hanna me da sombra, cuando hace frío, Hanna me da calor, y cuando pinches quiero cantar Dirlanda, Hanna se sabe la letra mejor que yo, así que zero regrets.
La boda estuvo buena, pero ya comenzó la verborrea y no traigo Treda, así que voy a contarles sobre la semana que pasamos todos juntos en la villa frente al mar. Han visto Vacaciones del Terror? Pues esta onda estuvo más escalofriante que toda la saga entera, y lo más, más, más jodido de todo esto es que fue por una persona en particular. Enter Noora.
Saben? Yo siempre he defendido a las víctimas no matter what, pero a veces es muy difícil no empatizar con el victimario. Nos fuimos con ella y con su novio de Zagreb a la costa, un viaje de más o menos 5 horas y pudo estar cool todo. De que amo los road trips, platicar con gente nueva (siempre y cuando sean de países desarrollados), escuchar musiquita, ver el paisaje, etc. Well, this bitch killed the fantasy the second we got in the car with her. Todo el puto viaje era ella gritándole al novio, criticándolo cómo manejaba, gritándole a los otros conductores por cosas tan diversas como:
- Ir muy rápido
- Ir muy lento
- Cambiar de carril
- Respirar
- Existir
Era absolutamente agotador escucharla gritar cada dos minutos. Yo sólo quería paz y en cambio me tocó esto. Lo peor es que veía por la ventana a las otras parejas en sus respectivos coches y todos se veían tan felices y llenos de amor y buenas vibras. Literal yo no sé qué hago para que siempre me toque el baño más cagado. Cuando se le acababan los coches empezaba a quejarse del aire que la ahogaba, del calor que la mareaba, de las curvas que la arrullaban, del asiento que estaba demasiado incómodo para dormirse, etc., etc., etc. Yo de lo único que me quejaba era de haber nacido (lo normal) y de saber que mi universo se había cruzado con el de ella.
Eventualmente le dije al vato que mejor manejaba yo y así ellos podían descansar un rato. También le susurré que parpadeara dos veces si necesitaba auxilio. Uno creía que ya se había salvado del desastre, pero Noora era más fuerte. En menos de lo que tardé en arrancar el coche, la señora ya me había agarrado confianza y empezó a darme “consejos de buena fe” (o sea, a chingar). Alguna vez han tenido esos pensamientos intrusivos tipo “Qué pasaría si choco el coche?” o “Cómo se sentirá aventarse al barranco?” y así? Pues de esos tuve miles. Esto fue más allá de una perkele situation normal y entró en territorio de saatana vittu perkele sin esfuerzo.
El resto de la semana con ellos estuvo chida, excepto por todas aquellas veces que me tocaba subirme al coche (o sea diario) con ella. La única vez que me fui con alguien más, Hanna decidió darle aventón a una indigente y básicamente la aplastó a mi lado. Ya me andaba buscando en los bolsillos a ver si tenía crack, cambio, o algo para protegerme de un navajazo. Oh, joy. Resultó no ser indigente sino pintora, así que same difference, y tuvimos una conversación muy entretenida en italiano (o lo que se asemeje). Estuve tan cerca de morir pero Dior todo poderoso quería que siguiera aguantando vara.
Lo único genial fue que me llevaron mis latitas de Lonkero que ya me hacían falta más que mi propia madre. Perfecta combinación con el sauna que tenía la villa. Pude platicar profundamente con Leena y llegamos a la conclusión de que sin duda han pasado los años, estamos un poco más controlados, ryhtiliike vibes, pero seguimos siendo los mismos borrachos que vieron a Jesucristo caminar entre las llamas en un bosquecito en un pueblucho de Francia. La felicidad que me da tener amistades así.
Also, el Kännisten Clubi tiene nuevas ambiciones y ahora gobernaremos Finlandia. Yo, padrísimo hice un mini coup d’état y conseguí el mejor puesto de todos: Minister of Finland Funland.
Lo volvería a hacer? Claro que no, porque my taste in porn se limita a palabras sucias y uno que otro chingadazo, pero el sufrimiento que me causó conocer a Noora went beyond that. Eso no es BDSM, es abuso, y a diferencia del BDSM, el abuso no se siente rico. O tal vez sí. Habrá que confirmar. Yolo y así.