Jesus fucking Christ! Esta Navidad mi vida se puso más negra que el culo de Wesley Snipes. Mal pedo. Mal, mal, mal.
Llegué a México después de un intenso semestre de MBA durante el cual me di a todo lo que se movía (y de vez en cuando – tipo cuando ya no salía – me ponía a estudiar).
Claramente todo en mi vida fluía normal.
Entonces decidí checar Grindr y ver cómo estaban las carnes por acá. Ya pasaba de medianoche y yo andaba más caliente que los 43 de Ayotzinapa. Nada más que yo olía a Tom Ford, no a churrasco, pero igual, la cosa estaba tremenda.
Pues en eso un muchachito de 19 años me empezó a hacer la plática y así. Su foto era una panorámica de sepa la chingada qué paisaje con él en una esquina, súper chiquito, pero desde ahí alcanzaba a ver que la grasa de zapato estaba bien fijada.
Yo, siendo un hombre de mundo, un conocedor de los más lujosos placeres a los cuales sólo se puede acceder con dinero, una linda cara o de menos un chingo de pisto, pensé, “A ver, Mau, no decía Thalía que piel morena, canto de pasión y arena?”.
Nunca me había dado a un morenazo, y ahora que vengo a México en modo turista, pues lejos de ser una terrible decisión, lo vi como una oportunidad para descubrir el folklore mexicano.
Hablé con él un rato y resultó que no sólo no podíamos usar la misma paleta de colores, sino que además él nunca había estado en Francia y yo no tenía ni puta idea al lado de cual ruina arqueológica quedaba Cuautitlán Izcalli.
Descubrir la existencia de un chacal después de 2X años de vida sin conocer la especie me hizo sentir bien Ash Ketchum con un Pokémon legendario. La única diferencia es que su Pokémon le daba medallas, victorias, fama y dinero. Yo nada más evitaba que no me pegaran un chancro en la mandíbula.
Terminamos citándonos en un motel, cosa que jamás había hecho, pero total, era para darle más sabor al caldo. El muchachito sacó nueve condones y la quijada se me fue al suelo.
Muy respetuosamente le dije que yo era rubio, hermoso, y despapayoso, pero que ya a mi edad, veía imposible darle nueve veces en un día. Él muy tranquilamente me dijo que tenía toda la impresión de que él me daría a mí. Ay!
No tengo ningún problema con que me den pero si soy un melindroso con lo que me meto a la boca, no quiero ni contarles cómo son las audiciones para lo que me voy a meter por otras partes. Pero ya estaba ahí y llevaba dos semanas sin que nadie me tocara. Parafraseando a Daniela Romo, me urgía llamar a los bomberos que me estaba quemando. Y pues acepté.
Seis horas y cuatro condones después, estuve a nada de decirle al tipo “Namaste”. Me torció, me giró, me estiró, me deshizo y me armó sólo para repetir la secuencia tantas veces que no tenía un workout así desde que hice yoga con Michael Fassbender porque pocas oportunidades así. Y fuera de mamada, estuvo en mi Top 3 de mejores polvazos. De hecho estaría en el Top 2 si omito la vez que confundí la marihuana con el orégano. Estuvo bien buena esa vez.
Después de que le di las gracias y me hice más pendejo que mi ex-jefa cuando le pedía un aumento cuando me pidió salir con él en plan de amigos, me fui con las piernas temblorosas a mi casa reflexionando sobre lo ocurrido.
Antes que nada, quién le enseñó a coger así a los 19 años? Yo también empecé joven pero el chacal se sabía tantas posiciones que me hacía sentir acróbata del circo Atayde.
Luego, benditos sean los alimentos GMOs de Monsanto porque claramente los muchachitos de ahora son re-aguantadores y están bien dotados.
Finalmente, es esta la definición de un chacal? De esto me perdí los 10 años que estuve con mi ex?
En un second thought: Qué bueno que me perdí de esto por tanto tiempo que sino habría llegado a los 30 años más abierto que el Canal de Panamá.
En cualquier caso, me sentía extremadamente sucio y usado. Para mí también fue muy extraño cuando le dije que podíamos vernos al día siguiente, y más aún cuando en verdad lo hice durante dos días más.
A esto se refería Thalía cuando dijo que era prisionera de sus besos y caricias que se quedan en el alma?