4 Bodas & Un Funeral PT 1

Redefiniendo ‘ahogarse’ en alcohol.

OK, este post se escribe en español porque incluye a Cecy, y Cecy siempre se escribe en español (excepto por todas las veces que habla como negra, pero es parte del folklore).

Goeiii, ya por fin llegué a la edad en la que todos mis amigos se están casando menos yo. OK, la verdad es que esa edad en la que todos se casan ya me pasó de largo hace un chingo, pero ninguno de ellos eran mis amigos porque podré ser un chingo de cosas, pero primero soy un forever alone y después el resto. Bueno, mis amigos dirán que primero estoy bien pendejo, pero esa es historia de otra noche. Volviendo al punto: todos mis amigos se están casando, y la mayoría (not really) de ellos se acordó de mí. Nada tiene que ver que les escribía casi todos los días desde que supe que se casaban para asegurar la invitación. De hecho, funcionó tan bien que me invitaron a bodas distintas en las mismas fechas, no me sentía tan así de deseado desde que me bañaron en la loción Siete Machos.

Nota al lector: Jamás me he acercado a esa madre ni a la gente finísima que sí la usó, tipo de que soy tonto pero no pendejo (para algunas cosas, al menos).

Entonces no me quedó más que prepararme para esas bodas y ponerme a dieta. Esta última oración fue una gran mentira. Por supuesto que no me puse a dieta. Jamás lo he hecho porque mis desórdenes alimenticios hacían lo que mi metabolismo no podía, pero ya a esta edad ni uno ni el otro me sirvieron. De que según yo me ejercitaba para bajar la timba y cuando regresaba de correr el maratón llegaba con kilos extra. Literal más perturbador que todos los insta posts de Britney post-conservatorio. Lo juro por Dior.

Yo, divino, queriendo revivir los días de gloria, opté por la solución más extrema: comprarme un par carísimo de skinny jeans tan pegados que me marcan hasta la celulitis. Eso funcionó cuando tenía 20 años, so, I mean, what’s changed si hoy tengo 21 años (más algunos cuantos años de experiencia)? Pues al parecer mi fat ass cree que todo cambió porque no bajé de peso y la única vez que me los puse casi tuvieron que llamar a los bomberos porque tenía el chamorro prensado que ni con forceps salía. Pues nada, me fui gordo a Monterrey a la boda de Cecy, mah nigga.

Side note: Los Dolce & Gabbana que salvaron mi autoestima por tantos años al fin murieron. Seguimos de luto con esa pérdida.

Cabe aclarar que jamás pensé que se casaría, no porque sea fea, gorda y/o pobre, sino porque no había un vato que la aguantara. Pues al parecer estaba equivocado, pero más equivocados estuvieron ellos al hacerlo en un jardín sin sombra, ni ventilación, y con un pinche calorón que los huevos me salieron pochés de lo sudados que los traía. Encima era de etiqueta rigurosa y la piscina literal, literal, literal al lado de la pista de baile se veía más y más interesante. Este detalle es extremadamente importante.

La verdad es que ni ganas de empedarme ahí porque ya había sudado toda el agua de mi cuerpo y mis pantalones por fin cerraran sin meter la panza. Eso y además estaba en medio de who knows where – un pinche jardín en medio de la carretera al que llegué en Uber, pero no tenía ni puta idea cómo me iba a regresar – y todavía sigo las noticias en México lo suficiente para saber que soy población 100% vulnerable. Debe ser porque se me ve lo canadiense o algo, de que desde que tengo el pasaporte cuando me gritan ‘güerito’ en el tianguis es for real y no mame. Pero volviendo al punto: no empedé, pero tipo todos los demás sí.

Y no es por mamón, por primera vez en este blog, pero los asistentes de la boda estaban lo que sea que sea lo contrario de ‘fresas’ según el thesaurus. Yo sabía que el 99% de los familiares de Cecy vivía en el otro lado, pero no sabía que habían cruzado nadando. No pasa nada, sólo trataba de que los ojos no se me fueran hacia la nuca cada que uno de los primos pochos trataba de comportarse como un frat bro. Tampoco vi venir cuando la tía más peda quiso figurar, sacó unos machetes de quién sabe dónde y empezó a bailar en la pista, junto a todos los demás invitados. Esto iba a terminar como uno de esos videos grabados por alguien con pulso de maraquero en donde se sabe que algo horrible pasó pero el pinche video sólo enfoca al suelo, IYKYK.

Yo ya me sentía como en el circo Atayde cuando los primos pochos y la tía decidieron lanzarse a la alberca con todo y traje. Ahí comprobé que, efectivamente, no llegaron a USA con visa sino gracias a su condición física – y tal vez un pollero o tres. Entonces escuché gritos y vi que querían aventar a Cecy a la alberca y en el último momento se detuvieron. Por qué no, Cecy siendo Cecy, dijo, “A la verga, si no me avientan ellos, me aviento yo” y se lanzó con sus 20 kilos de vestido. Todos le aplaudieron, gritaron, se cagaron de risa, y mientras ella seguía sumergida uno de ellos dijo, “Oigan, Cecy no sabe nadar”.

Pero si creen que eso detuvo la peda, error. El DJ seguía dándolo todo, la gente seguía bailando y yo era el único que seguía viendo a ver si mi amiga del alma vivía o moría. La verdad sí pensé en aventarme, pero mi traje lo hice a la medida en Singapore y, pues, amistades puedo hacer siempre, pero jamás quiero volver a Singapore. Total que no salió hasta que literal como 20 personas se aventaron a rescatarla. Nadie se ahogó pero nadie quiso seguir la peda, excepto por el DJ que seguía con su playlist de puro fuego. Se mega mamó.

Me tocó regresarme con la tía de los machetes pues había tornaboda en la casa de Cecy. Ahí pasé un rato con JuanRa, Thalía – she’s still a hoe – y Anita – a bigger hoe. Side note: Qué pinche risa que lo único que recuerdo de Anita es esa foto en Facebook en que sale enseñando medio pezón. Obviamente le recordé eso y me dijo, “Ten, para que no extrañes” y se sacó las tetas de nuevo. I stan an unbothered queen.

Así acabó la primera boda. Nadie murió aunque estoy seguro que eso inició una cadena tipo Final Destination muy cabrón porque entre los machetes, la carretera, la piscina, estar en México, y el simple hecho de tener a Cecy cerca, había demasiado potencial para que me sacaran con los pies por delante. Menos mal that didn’t happen porque ya tenía mis boletos para Croacia y festejar la boda de Leena.

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